Cuando mantenemos una conversación con alguien podemos “contestar o reaccionar". Contestamos cuando
estamos escuchando a nuestro interlocutor y seguimos una secuencia de
preguntas y respuestas que tienen un hilo conductor y que se convierten en una
especie de "baile conversacional" consiguiendo que
las personas que están manteniendo dicha conversación empaticen
y amplíen sus respectivos enfoques mentales.
Por otro lado, en ciertos momentos ( quizás mucho más a menudo de
lo que nos gustaría ) en lugar de contestar lo que hacemos es reaccionar a las
preguntas que nuestro interlocutor nos hace. Esto demuestra que no hemos sido
capaces de desprendernos de nuestro prejuicios y paradigmas mentales
y , por lo tanto, no estamos escuchando , sino oyendo, lo que la otra parte nos
está contando y que seguimos anclados en nuestro esquema mental no siendo
capaces de entender otro ángulo diferente al nuestro.
Y tú, en las conversaciones, personales y profesionales, ¿reaccionas o contestas...?